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La lectura en femenino

  • Foto del escritor: Gabriela Vallejo
    Gabriela Vallejo
  • 23 may 2020
  • 3 Min. de lectura


A Julia, Isabel y Rocío, mis amigas de Simancas.


Siempre me he preguntado si existe la lectura en femenino. ¿Hay géneros que atraen más a las mujeres y acaso ellas tienen algún tipo de mirada particular? Sin duda es una pregunta compleja que exige mayor reflexión. Pero, ya que las mujeres siempre se han visto atraídas por la lectura, aun cuando no sabían leer, no dejo de asombrarme cómo, desde el inicio de la imprenta, las novelas de caballerías generaron un verdadero furor también dentro del público femenino. Dada la diversidad de las publicaciones y el costo de los libros, incluso entre las clases nobles no escatimaban en el alquiler de novelas, para estar al día y apaciguar un poco el hambre de nuevas aventuras. Y al final lo que entra por los ojos también puede salir por la pluma. En España, Beatriz Bernal sería la primera autora de un libro de caballerías, el Cristalián de España (1545). Como ella pertenecía a un medio letrado cercano a la Real Audiencia de Valladolid (y por su condición de viuda) tendría quizá ciertas facilidades de maniobra en el mundo que le permitirían escribir una obra así y poder llegar a publicarla. En Portugal, este lugar lo ocuparía Leonor Coutinho de Távora, condesa da Vidigueira, que a principios del XVII publicó la Crónica do Imperador Beliandro, que correría mucho en forma manuscrita.


Así que lo que se lee e impresiona genera aún más movimiento del espíritu. Se establecen diálogos y afinidades con los personajes que pueblan estos textos. Y se trascienden fronteras. Primero que nada, otra mujer decidió también colaborar en la expansión de este género novelesco, traduciéndolo. Esta vez se trata de la inglesa Margaret Tyler, quien muy entusiasmada por el Espejo de príncipes y cavalleros (o El caballero del Febo, 1555) de Diego de Ortúñez y Calahorra (quien dedicó su obra al novohispano Martín Cortés, marqués del Valle), se decidió pues a hacer la versión inglesa. Interesada en reflexionar sobre lo que era o debía ser el comportamiento femenino, la traducción de Tyler, llamada Mirrour of Princely Deedes and Knighthood (1578), no deja de hacer hincapié en el potencial creativo de la lectura femenina. Como una inglesa que conocía bien el español (y que es un detalle significativo en la época de la expansión de la Monarquía hispánica), su versión valora la traducción como una obra en sí misma, como una obra original que sale de un mundo para entrar en otro.


Este Caballero del Febo hacía además énfasis en la virgo bellatrix, en el tema de la doncella guerrera, que no dejaría indiferentes a las lectoras, y que de hecho era una de las características del género literario: las mujeres se internaban en esas selvas de aventuras, y siempre estaban, como inspiración o búsqueda, detrás del caballero y de las intrigas que tenía que enfrentar. Y también se encontraban de la misma manera detrás de los autores dentro del patronazgo, por lo cual muchas de estas novelas les fueron dedicadas. No olvidemos que la lectura es un arma poderosa, cuya introyección genera posibilidades inimaginables. Si pensamos que dentro de las grandes lectoras de novelas de caballería estaban desde Isabel la Católica hasta Santa Teresa de Jesús, podríamos preguntarnos legítimamente hasta qué punto pudo haber sido este género literario un responsable indirecto de la conquista militar y la conquista espiritual en femenino. Después de todo, el espíritu se desprende del papel.

 
 
 

2件のコメント


gvallejocervantes
gvallejocervantes
2021年8月17日

Yo creo que siempre hay algo de "varonil" en esas mujeres lectoras, aunque sea una fuerza durmiente. Era sin duda una posibilidad de vivir otras vidas y situarse, en sus diversas lecturas, en diferentes personajes cada vez, según su preferencia del momento, o conforme fuera pasando el tiempo. Además eran a veces textos que se leían incluso en grupos de mujeres, en la corte, por ejemplo, así que daba lugar a las más variadas y, a veces, audaces conversaciones para lo que se suponía que era su condición. Pero todo el mundo caía bajo el cautiverio de las aventuras caballerescas. Incluso los indígenas de América...

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Paco Mendoza
Paco Mendoza
2020年5月23日

Me ha interesado mucho el texto. Solo sabía lo de Don Cristalián de España, porque yo mismo he donado un fragmento de esa rarísima novela a la BNE. Lo siguiente que habría que preguntarse, me parece, es por qué les gustaban tanto a las mujeres los libros de caballerías: ¿quizá por romanticismo?

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